XXXVII Congreso de la semFYC – Madrid
del 4 al 6 de mayo 2017
Atención Primaria
Caso multidisciplinar
Fiebre, mialgias y lesión cutánea.
Enfoque individual
Enfoque individual. No AMC, sin hábitos tóxicos, migrañas como único antecedente patológico.
Anamnesis: Mujer de 30 años que consulta por malestar, mialgias, fiebre y cefalea con fotofobia de 24 horas de evolución. Presenta lesión dolorosa de un centímetro en tobillo derecho. Niega viajes recientes, pero sí recuerda contacto con el perro de un amigo.
Exploración física: Febril(38.2ºC), hemodinámicamente estable, sin exantema, auscultación cardio-respiratoria y exploración abdominal normales. Lesión del tobillo necrótica, con supuración hemática, edema y eritema alrededor. Dolor a la palpación de partes blandas circundantes.
Pruebas complementarias: Analíticamente con aumento de VSG y PCR, sin leucocitosis, función hepática normal. Serologías para Rickettsia conorii IgG positiva(1/160) e IgM negativa a los cuatro días. La IgM se positivizó(1/80) a los quince días de contraer la enfermedad.
Enfoque familiar
Enfoque familiar y comunitario. Origen magrebí. Ama de casa. Vive con su marido y sus dos hijos. Nivel socio-económico bajo.
Desarrollo
Juicio clínico. Rickettsiosis.
El diagnóstico es clínico (triada: fiebre, exantema y mancha negra) y serológico.
El diagnóstico diferencial con otras rickettsiosis o enfermedades exantemáticas (sarampión, rubeola, varicela…), heridas infectadas con linfangitis…
Tratamiento
Tratamiento. Doxiciclina 100mg/12h durante 7 días. Ibuprofeno 600mg/8h. Control y curas tópicas de la lesión por enfermería.
Evolución
Evolución. El síndrome febril remitió a los tres días y solo persistió la lesión necrótica del tobillo. No desarrolló exantema por haber sido tratada de forma precoz. La paciente finalizó el tratamiento de forma correcta y la lesión del tobillo se resolvió a las tres semanas. La serología confirmó el diagnóstico.
La Fiebre Botonosa Mediterránea circunscrita en países mediterráneos, es considerada como endémica, con mayor incidencia en los meses de verano-otoño, coincidiendo con el ciclo biológico del vector, la garrapata del perro. Su incidencia ha aumentado en los últimos años debido al aumento de las temperaturas y al escaso nivel de precipitaciones. Debemos tenerla en cuenta en el diagnóstico diferencial del síndrome febril en Atención Primaria, pues ésta es la puerta de entrada del paciente al Sistema de Salud. En nuestro caso, la paciente fue diagnosticada y tratada precozmente, y no llegó a desarrollar ni exantema, ni otras complicaciones.