Conocer las peculiaridades del papel del médico de familia en el mundo rural y en entornos aislados geográficamente y culturalmente.

En el mes de Junio de 2019 realizamos nuestra rotación de Medicina rural en un entorno aislado, tratándose en este caso de un municipio insular con una población de 700 pacientes . Esta población presentaba, al margen del aislamiento geográfico por las particularidades de la región, una condición de aislamiento social debido a barrera idiomática, al tratarse de una población mayoritariamente de habla inglesa en una comunidad española.

El aislamiento idiomático junto con una cultura diferente, la dedicación al sector servicios y turístico de la mayoría de la población y el sentimiento de comunidad creado por este municipio, les confería unas características distintas a las que podemos encontrar en un cupo de pacientes de centro urbano. Es necesario que el médico de familia se adapte a las circunstancias de sus pacientes, ya sea en el idioma, como en la prevalencia de enfermedades diferentes por su origen, hábitos y costumbres...

Además es precisamente en estos pacientes con dificultades al sistema sanitario general donde cobra especialmente importancia la capacidad resolutiva del médico de familia.

Ha sido especialmente interesante poder ser partícipe de los acontecimientos sociales de la población y la conexión entre las familias que condicionan sus procesos de enfermedad.

Esta adaptación al entorno y al cupo de pacientes es una de las particularidades de nuestra especialidad tratándose de la única con este tipo de plasticidad en el ejercicio de la misma lo que así mismo representa un reto único.

Esta experiencia representa un ejemplo de la adaptación y dedicación del médico de familia a sus pacientes y es extrapolable a cualquier medio donde las circunstancias del mismo puedan suponer una limitación para la práctica clínica.