Analizar el conocimiento de nuestra población sobre las características y efectos secundarios de los fármacos analgésicos más utilizados en nuestro ámbito/entorno.

Diseño: Estudio descriptivo transversal en 2 centros de salud urbanos, mediante elaboración de encuesta “ad hoc” anónima y autoadministrada.

Sujetos de estudio: Pacientes entre 18 y 50 años a los pacientes que acuden a consulta de 4 médicos residentes de Medicina Familiar y comunitaria durante el periodo de dos meses.

Criterios exclusión: En tratamiento analgésico crónico o proceso agudo que requiera analgesia en el momento de la entrevista.

Análisis: frecuencias absoluta de cada categoría para variables cualitativas.

Aspectos ético-legales: Se obtiene consentimiento informado verbal que se registra en historia clínica.

Participación: 180 pacientes. 63’3% mujeres.

40% de la muestra identifica que el paracetamol no es antiinflamatorio. 27’22% responde correctamente que el paracetamol no es gastrolesivo y 13’9% conoce que el ibuprofeno puede subir la tensión.

35% consulta al médico sobre los efectos adversos de la medicación y el 32% al farmacéutico. 33’3% utiliza varias fuentes de información secundarias, destacando internet en un 22’8%, prospecto en un 34’4%, y familia/vecinos/amigos en un 16’7%.

Para el tratamiento de la cefalea, prefieren tomar paracetamol e ibuprofeno con un 45’5% y 43’3% respectivamente.

El 80% de los encuestados desearía recibir más información sobre las características de los fármacos analgésicos, un 51’75% vía e-mail y un 29’4% mediante folletos informativos.

Los resultados de nuestro trabajo revelan un bajo conocimiento sobre los fármacos analgésicos en nuestra población. Por este hecho y dado que la obtención de la información sobre dichos fármacos es muy diversa, una intervención comunitaria enfocada en educación sanitaria ayudaría a promover el uso correcto y racional de la medicación analgésica.