XXXVIII Congreso de la semFYC – Barcelona
del 10 al 12 de mayo de 2018
Urgencias Atención Primaria
Caso multidisciplinar
Prurito genital
Enfoque individual
Antecedentes Personales:
HTA. DMNID. Hiperlipemia mixta. Cuadro ansioso-depresivo.
Anamnesis:
Acude a Urgencias mujer de 86 años por prurito genital de un mes. Aumento de peso no cuantificado, reconoce inadecuada alimentación.
Evaluada y dada de alta desde Endocrinología y Medicina Interna por DMNID, HTA e hiperlipemia mal controladas, intolerancia a metformina, canaglifozina y dulaglutida, reticente a tratamiento insulínico, derivada al MAP ajustando tratamiento y sugiriendo revalorar insulinización.
Exploración:
Normal, gran preocupación, miedo por su salud, llora.
Glucemia capilar 351 mg/dl, TA 200/80 mmHg.
Pruebas complementarias:
Tira de orina: glucosuria. Analítica última: glucemia 338 mg/dl, HbA1C 12,7%
Enfoque familiar
Viuda, siempre acompañada por hija, angustiada también.
Desarrollo
Factores de riesgo cardiovascular muy descontrolados. Contrastaba con la enorme preocupación por su salud.
” Si la vieron tantos médicos, incluidos hospitalarios, ¿cómo voy a ser capaz de cambiar su situación desde urgencias?” fue mi pensamiento, provocándome rechazo e incluso miedo a no saber darle una respuesta. Percatándome de mis emociones, intenté entender el por qué de sus resistencias. Al preguntarle reconoció que era miedo a sufrir los pinchazos.
Decidimos enseñarle la pluma, cómo, dónde usarla, y tras resolver sus dudas administramos 8 UI de insulina rápida, sueroterapia y captopril. Disminuyeron las cifras (glucemia 308 mg/dl y TA 140/80 mmHg) marchando satisfecha y tranquila, concienciada del autocuidado tras superar su miedo.
Tratamiento
Reforzamos su capacidad de cambio, recordamos medidas no farmacológicas.
Citada con MAP para el día siguiente.
Evolución
Inició insulinización. Glucemia y TA progresivamente mejor controladas, sin prurito genital.
En la relación clínica centrada en el paciente es fundamental integrar sus creencias y expectativas con síntomas, signos y diagnóstico, pararse a conocer sus resistencias. También el médico debe tener conciencia de sus pensamientos y emociones en situaciones difíciles, y lograr una escucha activa, herramienta para conocer qué problemas son importantes desde el punto de vista del paciente. Como consecuencia se consigue mayor cumplimiento del tratamiento, mejor uso de recursos y resultados de salud y mayor satisfacción de paciente y profesional.