XXXV Congreso de la semFYC - Gijón
del 11 al 13 de junio 2015
Servicios Urgencias.
Caso multidisciplinar.
El motivo de consulta fue un cuadro de enrojecimiento ocular derecho, dolor retroorbitario, visión borrosa y fotofobia de 5 días de evolución que no mejora tras tratamiento tópico pautado por su médico. Dada la anamnesis y la exploración física del paciente, es remitido a Oftalmología para estudio.
Enfoque individual
AP: sin interés.
EA: varón de 30 años, previamente sano, que acude por ojo rojo doloroso sin otra clínica. Únicamente comenta erupción autolimitada consistente en pápulas eritematosas en escroto y pene sin ulceración hace 2 meses.
EF: buen estado general, afebril; ojo derecho con hiperemia mixta y quemosis moderada, sin secreciones, pupila miótica e hipopion discreto; no adenopatías ni lesiones cutáneas; resto normal.
PC: analítica completa (incluyendo proteinograma, inmunidad y bioquímica de LCR), técnicas microbiológicas (serología, cultivos) y de Biología Molecular (PCR, carga viral), radiografía de tórax.
Enfoque familiar
Natural de Gran Canaria. Sin antecedentes familiares de interés. Soltero, sin hijos. Homosexual, con dos parejas hasta entonces y sin relaciones sexuales en el último año. No promiscuidad.
Desarrollo
Descartada una posible conjuntivitis, nos decantamos por una queratitis versus uveítis anterior, que posteriormente se confirma y se extiende al globo ocular izquierdo. Más adelante, dada la afectación bilateral y el resultado serológico, es diagnosticado de coriorretinitis sifilítica y VIH de debut.
Tratamiento
Se indica cursar ingreso hospitalario para completar el estudio. Finalmente, es dado de alta con tratamiento antirretroviral y oftalmológico más visitas posteriores de seguimiento.
Evolución
Durante su estancia hospitalaria, el paciente evoluciona favorablemente desde el punto de vista ocular y sin presentar nuevas complicaciones relacionadas con su enfermedad de base.
La aplicabilidad de este caso para la Medicina Familiar y Comunitaria se basa, por un lado, en conocer correctamente el diagnóstico diferencial del ojo rojo y sospechar que este signo clínico, en ocasiones, puede traducir una enfermedad infecciosa subyacente; por otro, puesto que cada vez más centros de salud cuentan con la retinografía dentro de su cartera de servicios, debemos saber interpretarlas y derivar a Oftalmología aquellas imágenes que consideremos patológicas.