III Congreso de Residentes, JMF, Tutores y Unidades Docentes de la semFYC
6-7 de junio de 2025
Enfoque individual
Hombre de 27 años, sin antecedentes personales relevantes, que consulta en su centro de salud por mialgias intensas en extremidades superiores e inferiores, debilidad generalizada y orina de color marrón oscuro. Refiere haber retomado la actividad física tras dos años de sedentarismo, realizando durante la última semana entrenamientos de alta intensidad (tipo HIIT) en un gimnasio comunitario sin supervisión profesional. No realizó hidratación adecuada durante los entrenamientos.
Inicialmente no consultó por indicación del entrenador, quien le refirió que era una reacción normal al ejercicio. Automedicado con ibuprofeno 400 mg cada 8 horas durante 3 días. Ante la persistencia de los síntomas, acude a atención primaria. Tras evaluación en primaria se decide derivación a urgencias.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Juicio diagnóstico: Mialgias, Rabdomiolisis.
Tratamiento y planes de actuación
Exploración física: paciente consciente, normotenso, normocoloreado. Dolor a la palpación muscular difuso, sin signos neurológicos focales. Se solicita analítica urgente.
Resultados: CPK > 30.000 U/L, creatinina 2,8 mg/dL, mioglobinuria, AST/ALT elevadas, potasio 5.8 mEq/L, calcio 7,4 mg/dL. ECG sin alteraciones. Se diagnostica rabdomiólisis con deterioro renal incipiente.
Evolución
En el hospital se confirma el diagnóstico y se inicia hidratación intravenosa intensiva. No se requiere diálisis. Buena evolución clínica con descenso progresivo de CPK y normalización de la función renal. Alta hospitalaria al quinto día con seguimiento ambulatorio en atención primaria, indicaciones de hidratación oral adecuada y reposo progresivo. Reincorporación gradual a la actividad física bajo control profesional.
Este caso resalta la importancia del médico de familia en la sospecha clínica precoz y la coordinación con niveles asistenciales superiores. La rabdomiólisis por ejercicio puede pasar inadvertida en pacientes jóvenes, especialmente cuando existe desinformación por parte de entrenadores o el entorno. Además, el uso inadecuado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) puede agravar la función renal en este contexto. El abordaje debe incluir no solo el tratamiento clínico agudo, sino también la intervención educativa orientada al autocuidado, la prevención de recurrencias y la promoción de ejercicio seguro y progresivo.