XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Mixto; Atención Primaria, Urgencias y Atención especializada.
Caso multidisciplinar
Mujer de 54 años que consulta con su médico de Atención Primaria (MAP) por cuadro de 24 horas de evolución de disminución de agudeza visual en ojo izquierdo con escotoma central. No dolor ocular, clínica neurológica, ni otra sintomatología. Tras valoración inicial, la deriva a Urgencias, donde es valorada por Oftalmología, que hace el diagnóstico.
Enfoque individual
Antecedentes personales
Hipercolesterolemia. Mastectomía con linfadenectomía hace 6 años. Radio y Quimioterapia.
Exploración física
Tensión arterial: 130/80. Auscultación cardiaca: Normal. Carotídeos normales. No lesiones cutáneas. Pupilas isocóricas, normoreactivas. Reflejos óculomotores y exploración de pares craneales: Normal. No ojo rojo. Presión intraocular: 10 mmHg. Fondo de ojo: Desprendimiento de epitelio pigmentario en parte central y líquido subretiniano en fóvea.
Pruebas complementarias
Analítica y electrocardiograma: Sin alteraciones
Angiografía con fluoresceína: Implante puntiforme en coroides, paracentral izquierdo
Ecografía retiniana: Lesión plana de 1.5 mm en polo posterior.
Enfoque Familiar
Familia nuclear normofuncional. Red de apoyo emocional positivo.
Desarrollo
Se hace diagnóstico diferencial entre patologías que pueden producir pérdida brusca de visión. Datos como tensión ocular, ausencia de dolor y pupilas isocóricas, descartan glaucoma de ángulo cerrado. El fondo de ojo y los reflejos oculares excluyen desprendimiento de retina, oclusión de vasos retinianos, hemorragia vítrea y neuritis óptica. La clínica, el fondo de ojo, la angiografía, la ecografía, y el antecedente de cáncer mamario, llevaron al diagnóstico.
Tratamiento
Antiestrógenos y Radioterapia orbitaria.
Evolución
Aunque inicialmente responde a antiestrógenos, a los dos meses empeora, objetivándose en imagen tomográfica aumento de la lesión coroidea, por lo que se inicia tratamiento con radioterapia, con buena respuesta.
Conocer la historia clínica de nuestros pacientes nos aproxima al diagnóstico. Entre las habilidades del MAP está el fondo de ojo; una técnica sencilla, no invasiva y económica, que además es rápida y nos puede aportar información relevante como en este caso.