- Conocer la gravedad de la enfermedad, ya que si no se trata a tiempo puede ser potencialmente mortal. - Identificar los signos y síntomas alarma, que nos orienten que estamos ante la presencia de un absceso periamigdalino con el fin de iniciar tratamiento precoz.  - Hacer diagnóstico diferencial con aquellas patologías que pueden simular dicha enfermedad, minimizando la gravedad frente a la que nos enfrentamos. -  Realizar protocolos que podamos utilizar a través de vía telefónica y que nos ayuden el diagnóstico de esta enfermedad.

Durante el periodo de pandemia, se ha desarrollado una nueva forma de atención al paciente, la consulta telefónica. Esto ha hecho que tengamos que afinar en el diagnóstico con los datos aportados por el paciente, sin contar con una adecuada exploración física y sin otros datos de relevancia. Esto dificulta nuestra taréa como médicos, por ello debemos hacer una adecuada entrevista clínica vía telefonica, que nos aporte la información necesaria en el diagnóstico de absceso periamigdalino y diagnósticos diferenciales posibles.

El diagnóstico diferencial del absceso periamigdalino, incluye otras causas de dolor de garganta, obstrucción de las vías respiratorias superiores e inflamación faríngea. Las manifestaciones clínicas pueden ser útiles para diferenciarlo de otras afecciones, y utilizar protocolos basados en dichas manifestaciones, excluyendo la exploración física y las pruebas complementarias, nos pueden facilitar el diagnóstico precoz de esta enfermedad.

El uso de protocolos vía telefónica, que nos faciliten al diagnóstico de determinadas patologías que pueden ser potecialmente mortales si no se identifican y que frecuentemente se pueden confundir con otro tipo de patologías.