XXIII Jornadas de Residentes y V de Tutores de la semFYC
22 y 23 de noviembre de 2019
Atención Primaria
Aparato Digestivo
Enfoque individual
Mujer de 41 años que acude a consulta AP por epigastralgia de dos meses de evolución irradiada hacia
ambos hipocondrios sin náuseas ni vómitos. Niega dolor postprandial ni clínica de ERGE. Se pauta
tratamiento con IBP y se solicita ecografía abdominal.
Posteriormente acude a SUH por persistencia de la clínica. En radiografía de abdomen se observa
vesícula biliar calcificada y en analítica FG 56 y proteinuria.
En ecografía abdominal en CS se objetivan varias LOES hepáticas hiperecogénicas-heterogéneas con
sombra posterior. Se reinterroga a la paciente que afirma convivir con perros.
Tras hallazgo ecográfico se deriva a consultas de Digestivo y se solicita TC abdominal.
En TC abdominal: lesiones hepáticas sugestivas de quistes hidatídicos.
Enfoque familiar y comunitario
Juicio clínco, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Hidatidosis.
Diagnóstico diferencial con lesiones sólidas hepáticas.
¿Cuál es la clave para un correcto diagnóstico de Hidatidosis?
Tratamiento y planes de actuación
El tratamiento varía según el parásito, el tamaño y la ubicación del quiste, y las complicaciones;
puede incluir la cirugía, la aspiración del quiste y la instilación de un agente contra los escólices,
que pueden sumarse al tratamiento prolongado con albendazol.
Se deriva a consultas de Aparato Digestivo para estudio y tratamiento según criterio.
Evolución
Resolución de los quistes.Las heces de los perros (y otros caninos) infectados por E. multilocularis representan la principal
fuente para la infección humana.
Los quistes de E. granulosus se desarrollan lentamente (por lo general durante muchos años),
hasta formar quistes grandes (de hasta 1 L) llenos de líquido (quistes hidatídicos), que contienen
numerosas protoescólices infecciosas. Pueden causar dolor abdominal o un tumor palpable. Puede
aparecer ictericia cuando se obstruyen los conductos biliares. La rotura del quiste hacia un
conducto biliar, la cavidad peritoneal o el pulmón puede causar fiebre, urticaria o una reacción
anafiláctica grave.