XXXVII Congreso de la semFYC – Madrid
del 4 al 6 de mayo 2017
Atención Primaria
Fiebre
Enfoque individual
Mujer de 32 años, enfermera, que consulta por cuadro de fiebre de hasta 38,5ºC vespertina de 3 semanas de evolución. Refiere sensación de malestar general y debilidad, que empeora a lo largo del día. Niega síntomas respiratorios, digestivos o miccionales. Refiere participación en asociación de protección de animales en los meses previos, encontrándose en contacto con perros, gatos, vacas y cabras, realizando cura de heridas, rehabilitación, y en algunos casos asistencia de partos. Niega haber consumido lácteos no pasteurizados o derivados.
A la exploración bien hidratada y coloreada, regular estado general. Corazón rítmico sin soplos, murmullo vesicular sin ruídos añadidos. Abdomen blando, depresible, no doloroso. No se observan lesiones cutáneas. Exploración neurológica sin hallazgos patológicos. No signos meníngeos.
Se solicita radiografía de tórax, sistemático de orina, y analítica con estudio de enfermedades infecciosas (con VHB, VHC, VIH, VEB, CMV, Rosa Bengala y Sifilis). Se tramita baja laboral.
En radiografía de tórax no se observan hllazgos patológicos, al igual que en el sistemático de orina. Analítica sin anemia ni leucocitosis, con PCR de 54.88 mg/L. Resultado de Rosa Bengala positivo.
Tras el resultado anterior, se solicitan las pruebas de confirmación de Brucela y se amplia petición de Fiebre Q, saliendo el resultado positivo para esta última. Se cita la paciente para revisión y se instaura el tratamiento.
Enfoque familiar
Enfermera. Buen apoyo familiar.
Desarrollo
Fiebre Q.
Tratamiento
Doxiciclina 100 mg cada 12 horas vía oral durante 14 días.
Evolución
La paciente presentó mejoría de la sintomatología tras administración del tratamiento.
La Fiebre Q es una zoonosis de distribución mundial, que se produce por Coxiella burnetti. Su reservorio son cabras, ovejas y vacas, y se transmite por inhalación de aeroloses.
La Fiebre Q puede manifestarse de múltiples formas, lo que hace que su diagnóstico sea complejo. En la mayoría de los casos cursa de forma asintomática. Cuando se manifiesta clínicamente se presenta como síndrome febril autolimitado. Puede evolucionar a formas crónicas con afectación cardíaca.
Este caso refuerza la importancia del contexto epidemiológico y de una anamnesis completa para llegar a una correcta sospecha clínica. El médico de familia juega un papel fundamental en la sospecha, diagnóstico y tratamiento precoces.