Servicios de emergencias. Caso multidisciplinar.
Hemorragia post-traumática en miembro superior derecho.
Enfoque individual
Anamnesis: varón de 29 años, sin antecedentes de interés, es atendido en un centro de salud del ámbito rural por hemorragia grave secundaria a causa de un profundo corte en antebrazo derecho provocado por la caída de un cristal en su lugar de trabajo. Se trata de una herida incisa con exposición muscular y ósea, sangrado mixto, dolor y parestesias. Aplican vendaje compresivo, administran analgesia y sueroterapia. Alertan al servicio de emergencias. Médico y enfermera acompañan al paciente en ambulancia para traslado al hospital, realizándose a medio camino transferencia con nuestra ambulancia medicalizada.
Exploración física en el momento de la transferencia: consciente y orientado, ansioso, taquipneico, hipotenso, taquicárdico, pálido y sudoroso. Antebrazo derecho: vendaje compresivo y sangrado activo (compresas empapadas en sangre). Frialdad distal, sensibilidad y movilidad de 1º,2º y 3º dedos ausente, resto conservada.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Shock hipovolémico descompensado secundario a hemorragia grave.
Diagnóstico diferencial con otros tipos de shock (cardiogénico, obstructivo, distributivo).
Tratamiento y planes de actuación
Dado sangrado activo a pesar de vendaje compresivo, se coloca torniquete, se administra ácido tranexámico 1 gr en 100 ml de suero salino fisiológico, seguido de otros 250 ml. Ya en urgencias del hospital, es intervenido por cirugía vascular constatándose una sección completa de: paquetes musculares flexores, arteria, vena y nervio radiales.
Conclusiones (y aplicabilidad para la Medicina de Familia)
La hemorragia no controlada producida por un traumatismo grave sigue siendo una de las principales causas de muerte evitable en el entorno extra hospitalario. La evidencia científica demuestra la efectividad del torniquete deteniendo la hemorragia exanguinante. Sus complicaciones son escasas y la mayoría son atribuibles al estado crítico del paciente y no a su colocación. Por tanto, debemos utilizarlo en pacientes con traumatismo mayor si la presión directa no es suficiente para controlar la hemorragia.