III Congreso de Residentes, JMF, Tutores y Unidades Docentes de la semFYC
6-7 de junio de 2025
Lesiones purpúricas palpables, no pruriginosas a nivel de ambos miembros inferiores (MMII) de 48 horas de evolución y alteración en el color de la orina.
Enfoque individual
Hombre de 24 años que acude a la consulta de su médico de familia por la aparición de lesiones purpúricas palpables, no pruriginosas a nivel de ambos miembros inferiores (MMII) de 48 horas de evolución asociadas a cambio en la coloración de la orina. El paciente estaba afebril, refiriendo presentar artromialgias en ambas rodillas de 2 semanas de evolución, con remisión parcial del dolor a pesar de tratamiento analgésico.
Exploración física: lesiones purpúricas palpables en MMII que no desaparecen con la digitopresión, sin otras alteraciones.
Se solicita una analítica de sangre y orina y se realizó una biopsia de las lesiones dérmicas. Como hallazgos significativos destacan la proteinuria y albuminuria y a nivel cutáneo la vasculitis leucocitoclástica con depósito de IgA y C3.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
La sospecha diagnóstica es Nefropatía IgA (Púrpura de Schönlein-Henoch). Se debe de realizar el diagnóstico diferencial con: otras vasculitis como la panarteritis nudosa, la hipersensibilidad por medicamentos o el lupus eritematoso sistémico.
Tratamiento y planes de actuación
Se inició tratamiento con valsartán y al persistir la proteinuria se asoció prednisona durante 2 meses en pauta descendente.
Evolución
Tras el inicio del tratamiento mencionado anteriormente, el paciente presentó desaparición de las lesiones y mejoría de la proteinuria.
La púrpura de Schönlein-Henoch es la vasculitis leucocitoclástica de pequeños vasos, siendo más frecuente en la infancia. Se caracteriza por una tétrada de manifestaciones clínicas: púrpura cutánea, artritis o artralgias, dolor abdominal y afectación renal. La presencia de púrpura es criterio obligatorio para el diagnóstico de esta patología. Es una enfermedad autolimitada, con una duración de 1-4 semanas, aunque a veces es más prolongada, pudiendo aparecer recidivas tras meses o años del primer episodio.
El diagnóstico suele ser clínico. La biopsia cutánea muestra una vasculitis leucocitoclástica que afecta a los pequeños vasos. El tratamiento es de soporte en la mayoría de los pacientes. El pronóstico del paciente depende a largo plazo de la afectación renal. Dado la frecuencia de lesiones cutáneas y el posible compromiso renal de esta patología es importante tenerla presente como diagnóstico diferencial en pacientes adultos con lesiones dérmicas.