Enfoque individual
Varón de 55 años de etnia gitana con antecedentes de diabetes mellitus, hipertensión arterial, obesidad, retinopatía diabética y cefaleas recurrentes. Acudió por rinorrea unilateral izquierda, transparente y persistente de dos días de evolución sin síntomas catarrales ni antecedente traumático. Exploración física anodina. Determinación de glicemia del líquido nasal de 114mg/dl y glicemia capilar 1h después de desayunar de 170. Derivación a urgencias de otorrinolaringología para descartar rinolicuorrea.
Enfoque familiar y comunitario
Mujer recién operada de adenoma de paratiroides y con baja laboral. Tiene un hijo casado y 2 nietos pequeños.
Juicio clínco, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Desarrollo
En urgencias se analizó el líquido nasal para determinación de proteína B-trace y se realizó rinoscopia sin pólipos ni tumoraciones. Se pidió RM cerebral urgente: silla turca vacía, dilatación de vainas meníngeas de los nervios ópticos, alteración descrita en Pseudotumor cerebri. RM base de cráneo posterior: imagen sugestiva de defecto óseo techo etmoidal izquierdo con protrusión del líquido cefalorraquídeo (LCR) y parénquima encefálico, sugestivo de encefalocele, y defecto óseo en región de fóvea etmoidal derecha con leve protrusión de LCR sugestivo de meningocele.
Jucio
- Sospecha de fístula de LCR techo fosa nasal izquierda.
- Sospecha de Pseudotumor cerebri.
Tratamiento y planes de actuación
- Medidas higiene nasal y conservadoras.
- Se planifica intervención quirúrgica des del servicio de otorrinolaringología y neurocirugía de forma preferente.
Evolución
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La detección de B-trace es uno de los métodos de laboratorio más fiables para confirmar rinolicuorrea por su mayor sensibilidad y VPN que la determinación de glucosa en el exudado. Se debe sospechar ante rinorrea unilateral clara que aumenta con el valsalva y suele estar acompañada de cefalea.
Las fístulas de LCR pueden ser traumáticas y no traumáticas. Dentro de las no traumáticas se incluyen las de alta presión; debidas a tumores, hidrocefalia o hipertensión intracraneal benigna y las de presión normal; debidas a procesos inflamatorios e infecciosos, defectos congénitos, tumores, granulaciones de la aracnoides, silla vacía y causas idiopáticas. En nuestro caso, el meningocele y el encefalocele, protrusiones de las meninges y de las meninges y el tejido cerebral respectivamente, pueden estar relacionadas con este aumento de la presión intracraneal.
El tratamiento es la reparación quirúrgica.