Enfoque individual
Antecedentes personales: sin interés para el episodio actual.
Enfermedad actual:
Varón de 32 años acude por cuadro de 8 vómitos con contenido hemático y sensación de stop esofágico con dolor retroesternal tras comer una bolsa de quicos hace una hora. Ahora refiere disfagia a líquidos; no ha probado con nada sólido. No fiebre ni sensación distérmica. No síndrome general.
Exploración general:
TA 132/93 mmHg, FC 80 lpm, Sat O2 97% basal, Tª 36ºC. Consciente y orientado. Bien hidratado. Sudoroso y afectado.
Cabeza/Cuello: Exploración con laringoscopia indirecta anodina. Crepitación a la palpación cervical.
Tórax: dolor intenso a la palpación xifoidea. Auscultación pulmonar: murmullo vesicular conservado. Auscultación cardiaca: taquicárdico, sin soplos.
Abdomen: ruidos presentes. Blando y no doloroso.
Pruebas complementarias
- ECG: arritmia sinusal a 90 lpm, eje a 30º, sin alteraciones de la repolarización.
- Analítica sanguínea: leucocitos 23.320 (N 88’2% - 20540), bioquímica y coagulación normal.
- Rx tórax: en región superior paratraqueal derecha se observan dos líneas radiolúcidas y a nivel esofágico una.
- Rx abdomen: luminograma inespecífico.
- TAC torácico: neumatosis mural a lo largo del esófago y región del cardias gástrico, y neumomediastino distribuido predominantemente por el mediastino posterior que se extiende cranealmente disecando los planos grasos del cuello. Hallazgos sugestivos de perforación esofágica, sin visualizarse el punto de perforación.
Enfoque familiar y comunitario
Juicio clínco, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Juicio diagnóstico: síndrome de Boerhaave.
Diagnóstico diferencial: síndrome de Mallory-Weiss, perforación de úlcera péptica.
Tratamiento y planes de actuación
Tratamiento: con Augmentine iv y traslado a UCPI.
Evolución
Tras 2 días en la UCPI, se trasladó a la planta de cirugía general. Se le realizó tránsito esofágico, sin encontrar hallazgos significativos, por lo que se inició dieta que el paciente toleró sin problema y fue dado de alta a domicilio 6 días tras el inicio del cuadro.
Las perforaciones esofágicas son raras, con una incidencia de 3.1 por 1,000,000 por año. Se asocia con una alta morbilidad y mortalidad y es fatal en ausencia de terapia. La naturaleza ocasionalmente inespecífica de los síntomas puede contribuir a un retraso en el diagnóstico y un mal resultado, por lo que habrá que tenerlo siempre presente como posible diagnóstico.