XXIII Jornadas de Residentes y V de Tutores de la semFYC
22 y 23 de noviembre de 2019
Enfoque individual
Mujer de 87 años con HTA y prótesis total de rodilla derecha desde 2011. Es valorada en la consulta de atención primaria por el dolor arriba referido. A la exploración, destaca dolor a la palpación de la cara anterior de rodilla derecha.
Se realiza radiografía sin objetivarse lesiones agudas, por lo que se inicia tratamiento con Paracetamol 1g/8h alternando con Metamizol 575mg.
Acude a la semana por persistencia del dolor, intensificando la analgesia con Paracetamol 325/Tramadol 37,5mg y rescates de Metamizol 575mg. A las dos semanas presenta dolor muy intenso de aparición brusca y deformidad del miembro inferior derecho en varo. Al explorar, se palpa interrupción de la cortical en cara anterior de meseta tibial, y en una nueva radiografía se visualiza fractura periprotésica con angulación de 5º. Desde traumatología desestiman cirugía por poca angulación. Se cita a la paciente en 10 días, objetivándose mayor deformidad e imposibilidad para la deambulación. Radiográficamente la angulación ha aumentado a 20º, pero en esta ocasión desestiman cirugía por comorbilidad de la paciente. El empeoramiento de la paciente es progresivo, teniendo que iniciar Tapentadol 50mg/8h titulando hasta conseguir control del dolor con Tapentadol 75mg/12h. Se consigue una mejoría progresiva precisando menos analgesia.
Enfoque familiar y comunitario
Juicio clínco, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Factura periprotésica.
¿Qué tratamiento es más adecuado para nuestra paciente?
Tratamiento y planes de actuación
El tratamiento consiste en un abordaje multidisciplinar, que comprende el tratamiento quirúrgico, el rehabilitador, y el médico conservador con analgesia según precise el paciente.
Evolución
Actualmente, la paciente presenta dolor ocasional que controla con rescates de Paracetamol. Ha recuperado la deambulación y el grado de actividad previa.
El médico de familia es básico en el seguimiento de pacientes con dolor crónico, ya que el hecho de poder reevaluar de forma periódica al paciente permite un ajuste correcto del tratamiento analgésico, una valoración de la situación clínica del paciente en cada momento, y una detección precoz de las posibles complicaciones.